Tras los relatos de Ernesto Ubieto y Alberto Fernández, Rocío Gamero, con su brillante y divertida narración, nos hace un recorrido en este post, por Frisinga, en alemán Freising, localidad ubicada al norte de la ciudad bávara de Múnich (München) en Alemania. Freising presume de ser sede de la cervecería más antigua del mundo, Weihenstephan, creada en el año 1040 por los monjes benedictinos.
¿Qué piensas del programa Erasmus en general, más allá de lo puramente académico?
Creo que se deben distinguir dos términos al contestar esta pregunta. El programa Erasmus y la experiencia Erasmus.
Hablando en términos prácticos, cuando yo intentaba explicar a mis compañeros en Alemania en qué consistía el programa, lo resumía en una frase: “Tu universidad te da permiso para que te vayas un par de semestres a estudiar al extranjero, pero lo demás corre de cuenta propia”.
No quiero ser injusta, el trato recibido desde la ORI en la ETSII fue excelente, conseguir convenios con otras universidades supongo que no fue fácil en su momento, y por encima de todo, no puedo expresar mi enorme agradecimiento a Encarna, mi tutora de especialidad y la persona que contesta a los E-mails más rápida y eficazmente del mundo.
Pero una vez que te han aceptado en el proceso, estás demasiado solo y desorientado. Todo lo demás depende lo astuto que seas o la suerte que tengas. No creo que ocurra con todas las universidades de acogida pero encontrar asignaturas, casa, correspondencia de créditos, proyecto, cumplir con la documentación en los plazos propuestos…es toda una odisea. Y no he mencionado la nimia cuantía recibida al mes llamada beca Erasmus, o el nuevo idioma al que te vas a enfrentar, pero ambas cosas son algo que asumes desde un principio.
Lo que más te ayuda, es buscar a alguien que estuvo en tu misma universidad en años anteriores, si tienes suerte de encontrarlo. O más como sucedió en mi caso y en el de muchos de mis compañeros, confiar en el método “ensayo – error”.
Pero todo es parte de la experiencia. Personalmente creo que ha sido una de las mejores cosas que he hecho de mi vida. No sólo por lo que he aprendido académicamente, si no por lo que creces como persona cuando te enfrentas a un mundo tan ajeno en el que ni siquiera es fácil hacerse entender.
Mi Learning Agreement del final no tuvo nada que ver con el que me traje a Alemania, por un cúmulo de problemas acabé durmiendo en un suelo de un estudiante Erasmus de la ETSAM en mi primera noche y luego acogí en mi suelo a muchos otros estudiantes mientras transcurría su búsqueda de casa, he estado en clases en las que no entendía ni una sola palabra (es lo que tiene el dialecto bávaro), suspendí y recuperé asignaturas… incluso he visitado un par de veces el hospital de mi pequeño poblado alemán sin llegar a comprender del todo por qué me ingresaban, para agobio de mi madre.
Así, cada uno de nosotros podría contar miles de historias, pero son detalles que no hacen más que enriquecer la experiencia vivida. Los malos momentos se recuerdan como anécdotas y ayudan a hacer más grande los buenos momentos. Cuando vuelves la vista atrás, siempre brilla más fuerte la amabilidad y la disposición de todas las personas que se cruzaron en mi camino y que ahora son amigos para siempre.
Lo más importante, es estar motivado, ponerle ganas y aprender a disfrutar. Y ser un poco lanzado eventualmente tampoco viene mal. Animo de corazón a todo el mundo a intentarlo porque realmente, merece la pena.
¿Por qué decidiste marcharte de Erasmus?
Es una idea que tuve desde que entré la universidad, en un principio por conocer mundo y nuevas culturas, pero la motivación se fue reforzando a medida que pasaba el tiempo. La verdad es que después de tantos años estaba un poco “quemada” y necesitaba un cambio de aires, ver si existía algo “más allá de la ETSII”. Y como nunca me gustaron las cosas sencillas, me puse a aprender alemán. Además las perspectivas de futuro para un ingeniero químico no pintaban mal por la zona.
¿Se cumplieron tus expectativas con el idioma?
Depende de que idioma hablemos. En su momento creí que me iba sabiendo alemán y sí, los ejercicios de gramática siempre me salían. Pero de ahí a conversar y a entender, hay un abismo demasiado grande.
He de añadir que mucha gente del pueblo donde estudié (Freising) habla Bávaro y eso es un tema a parte, además de que en mi residencia, el día a día era compartido con chinos, indonesios, turcos, franceses, alemanes, brasileños, etc. por lo que nuestro idioma oficial solía ser algo parecido al inglés.
Mi forma de verlo: 3×1. Mis horarios de clases y mi situación geográfica me dificultaron asistir a un curso, así que aprendí por mi cuenta y de oído. Mejoré la fluidez en inglés porque era mi salvoconducto cuando no podía hacerme entender, he avanzado asombrosamente en alemán, pero sigo sin rozar la perfección ni de lejos y como extra, he aprendido un par de frases o sonidos guturales que podrían interpretarse como Bávaro.
¿Te has relacionado mucho con estudiantes de intercambio o has conseguido meterte más en la cultura local?
Por suerte o por desgracia, mi campus estaba en un pueblo a 40km de Munich y mi residencia también. Por tanto, al principio, en los momentos más duros, cuando aún hablas todos los días con tus padres por skype, cuando te sientes sola y piensas “¿qué hago aquí? Me vuelvo a España ya de ya”, entonces, bajaba todos los días a Munich a ver a los otros Erasmus españoles (se formó un grupo mayoritariamente de la ETSII).
Allí también participaba en las actividades de los TUMIS, un grupo de estudiantes alemanes desinteresados que ayudan a la integración de los alumnos de intercambio, pero por tanto, siempre rodeada por estudiantes extranjeros.
Sin embargo, en cuanto empezaron las clases y tuve un pequeño accidente en el metro (como consecuencia estuve 3 semanas con el pie entablillado), mi círculo se redujo a Freising. No fue fácil, porque de buenas a primeras, la mayoría de los estudiantes alemanes te ven como alguien pasajero y no les merece la pena invertir tiempo y esfuerzo en fomentar una amistad. Pero si superas esa barrera, todo lo que viene detrás es sencillamente genial.
Ahora tengo amigos en invitaciones a ver países repartidos en todo el mundo, desde Colombia a China, pasando por Turquía y por descontado, Alemania. Por supuesto, la mitad de ellos (con la consecuente sorpresa y satisfacción de mi abuela) ya han pasado por Ronda.
¿Cuáles han sido las mayores dificultades?
Académicamente: Encontrar materias “aptas” para gente que no domina del todo el idioma y quizás, escribir exámenes en alemán, porque era demasiado lenta en comparación con los nativos.
Pero lo peor era el ver como el tiempo se me escapaba volando. Al principio, necesitaba el doble de horas para estudiar la mitad de lo que estudiaba en España, por el hecho de aprender en 3 idiomas diferentes. Sobre todo en las asignaturas en las que las diapositivas estaban mezcladas en inglés y en alemán pero el profesor hablaba lo segundo y yo podía contestar el examen en lo primero. Sin embargo, al final te acostumbras a no pensar en español. De hecho hay ciertos nombres científicos que no sabría decir en mi lengua materna.
Personalmente: El primer mes, tanto anímicamente como por el esfuerzo de adaptación. Es cuando verdaderamente te das cuenta dónde te has metido y que no va a ser fácil. Eso y bueno, volver a montar en bici (peor aún, con nieve).
¿Qué es lo más positivo de la nueva cultura que has conocido?
En la universidad me ha asombrado la capacidad general que tienen de valorar el esfuerzo y de motivar a las personas, incluso a los que puedan tener más dificultades, siempre y cuando te vean motivado y poniendo de tu parte.
En la vida diaria, la honradez y buena voluntad de las personas, por ejemplo, cuando todos pagan el ticket de metro o autobús aunque no hay puertas o nadie que te controle. Pero sobre todo y me sorprendió mucho al principio, el carácter de los alemanes. Mi mente traía el estereotipo de personas frías y distantes pero nada más lejos. Yo lo veía en el día a día en mi residencia, pero también en la calle, por ejemplo, es normal en muchos restaurantes, sentarte en una mesa compartida con gente que no conoces, y terminar brindando y charlando como amigos de toda la vida.
¿Qué rincón de la ciudad te ha enamorado?
Hay un pequeño mirador al lado de la cervecería más antigua del mundo, que en invierno, cuando está nevado y es precioso. Está en una montaña, con un río y un bosque a sus pies y hacia la izquierda, se pueden divisar todas las salidas y llegadas de los aviones en el aeropuerto. Además, en los días despejados, mirando hacia la derecha se observa el perfil de Munich. Me encanta ir no sólo por la tranquilidad, si no por lo pequeña pero afortunada que me siento al contemplar el panorama.
¿Te gustaría vivir fuera de España?
De hecho, ahora mismo estoy viviendo en Freising mientras busco trabajo. Una vez terminados los estudios en Madrid, tenía la oportunidad de volver a Ronda con mis padres pero creo que desde hace bastante (y más aún con la situación actual del país), tanto ellos como yo sabemos que mi futuro no está en España.
¿En qué has notado más el cambio al volver?
No he estado demasiado tiempo en Madrid. Lo suficiente para ver que las vidas de tus amigos han avanzado más o menos como estaba previsto y ahora tú eres un poco una extraña en sus mundos (exceptuando a aquellos que durante mi año de Erasmus, vinieron casi más veces a Alemania que yo a España ¡Gracias!).
Y supongo que en gran parte por la crisis, la gente está más triste y más enfadada. Se nota una atmósfera de agobio y decepción genérica que me impacta cada vez que voy, en parte porque aquí estoy algo aislada y creo que aún no he salido de la burbuja que fue mi vida durante el Erasmus.
¿Qué ha cambiado en ti la experiencia Erasmus?
Muchas cosas, quizás demasiadas. Pero la más destacable es que soy más valiente. He aprendido a asumir las consecuencias de mis actos y de mis errores con más entereza y he descubierto que soy capaz de enfrentarme a casi cualquier cosa que me pongan por delante.
¿Qué ventajas destacarías de Erasmus desde el punto de vista académico?
Creo que mi esfuerzo académicamente se ha visto ampliamente recompensado. La gente aquí estudia para sacar un 1.0 (equivale al 10) y los profesores lo califican así. Cuando te advertían que una parte en concreto era lo más importante de la asignatura, sabías que eso iba a estar en el examen seguro y que la puntuación correspondiente a la pregunta a iba ser alta.
Además había muchas asignaturas que tenían las horas de teoría y de ejercicios por separados, entonces desde un principio de curso sabes cómo te vas a organizar y con qué grado de aplicación te vas a encontrar a la hora de enfrentarte a una materia.
Dime tres cosas que nuestra universidad podría importar de la universidad en la que has estado.
1º) En la TUM es obligatorio un periodo mínimo de prácticas en una industria para sacarte el título de ingeniero. Creo que eso es imprescindible. Así como realizar un Seminararbeit, un trabajo de investigación breve (aprox. un mes) que te ayuda a prepararte para enfrentarte tu futuro proyecto de fin de carrera.
2º) La asociación de los TUMIS. Un grupo de estudiantes de la TUM (la mayoría tomaron parte del programa Erasmus en otros años) que organizan actividades de integración y adaptación: Te enseñan los pasos que tienes que hacer nada más llegar, qué abono de transportes te interesa, cómo funciona la biblioteca, los recursos disponibles en la universidad… Y no sólo eso, si no que organizan actividades de ocio para integrarte en la cultura y en el país, a destacar para mí las Stammtisch (cada 2 semanas los estudiantes de un país cocinan para el resto de estudiantes con un presupuesto de la universidad) o las excursiones tanto dentro como fuera de la ciudad. También tienes un mentor personalizado para cada estudiante extranjero si lo solicitas.
3º) El sistema de publicación de notas. Es a través de su plataforma virtual y las gráficas con las estadísticas de todos los que se han presentado al examen son accesibles si tú eres parte de ellos. Además calculan y muestran la nota media de la convocatoria y la nota media de los que han aprobado el examen.
¿Y exportar?
1º) Lo primero y más importante que viene a mi cabeza es el POD. No tendría incluso que ser en papel pero un formato similar sería tremendamente útil. No fue nada sencillo encontrar las asignaturas/horarios/opciones ofertadas, más aún teniendo en cuenta que cada departamento usa un formato propio de página web.
2º) Como consecuencia, un sistema de créditos fijo, o al menos para los Erasmus. En mi caso, en ningún momento me quedó claro cuántos créditos valía cada asignatura porque no dependía sólo de las horas de clase, si no también de si eras estudiante del Bachelor, Master, Diplom o si las hacías por libre, si eras obligatorias u optativas, etc. aunque todos estuviéramos juntos en la misma clase.
3º) Aunque supongo que está relacionado con mi itinerario concreto de estudios, he echado en falta un poco más de dedicación o material accesible con ejercicios resueltos, exámenes de otros años y aplicaciones prácticas respecto a toda la teoría vista. Como tercer punto a exportar estoy entre eso o los paninis de san jacobo 😉