Con ocasión de la celebración de la Exposición Nacional de la Industria y de las Artes (1881) se convocó un concurso público con idea de construir un gran palacio que, en el futuro, albergara dichos eventos, y que se situaría en el extremo norte del Paseo de la Castellana. El concurso fue ganado por el arquitecto Fernando de la Torriente, quien presentó un original proyecto basado en un edificio de planta rectangular con dos patios interiores, un cuerpo central que se adelantaba para formalizar la entrada y un remate posterior con un ábside, coronando el conjunto con una enorme cúpula sobre tambor de ocho gajos. Tras su prematuro fallecimiento, en 1886, se hizo cargo de la conclusión de las obras (iniciadas en 1881) su colaborador Emilio Boix Merino, quien finaliza la construcción del «Palacio de la Industria y de las Artes«, en 1887.
En su construcción se utilizó hierro y vidrio a gran escala, haciendo de este Palacio uno de los pioneros de su género. La estructura de cúpula y cubiertas se fabricó en Bélgica. Siguiendo el ejemplo de las imágenes de las últimas exposiciones europeas, se recubre la fachada con ladrillo, ocultando su estructura metálica. El arco de entrada está rematado por una figura de mujer que evoca las proas de barcos de la mitología griega.
Con el siglo XX, y en concreto en 1907, el edificio fue dedicado a sede de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, así como del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Este mes de septiembre de 2019 se hace visible, a nuestra comunidad y visitantes, el interior de la cúpula, un espectacular artesonado de madera, que se puede observar desde el hall de la sala Artigas, a través de una estructura de metal y vidrio.
ODS 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Meta 4: Redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo
Para saber más: Historia de la Cúpula de la Castellana