En las granjas de peces la calidad del agua es clave para evitar enfermedades. iTuna, el pez robot, utiliza músculos sintéticos para nadar y sensores para medir la acidez, proporcionando a los piscicultores resultados en tiempo real sobre las condiciones del agua. Ahora forma parte de la exposición “Tomorrow´s World” en el Museo de Ciencias de Londres. iTuna es un proyecto dirigido por Claudio Rossi, profesor del Departamento de Automática de la Escuela.
El blog Science Museum dedicó este interesante post:
Los peces son un bien preciado sobre el que millones de personas de todo el mundo basan su alimentación. Sólo en 2014 fueron capturadas 93.4 toneladas de peces, cuyas exportaciones mundiales generaron más de 120 millones de libras… así que no es de extrañar que queramos cuidar de ellos.
La mayor parte del consumo procede de piscifactorías, que facilitan el control de la calidad del agua y el alimento para poder mantener las enfermedades a raya. Los peces son muy sensibles y pueden verse afectados por cualquier cambio en las condiciones del agua (pH, temperatura, niveles de oxígeno, concentraciones de sal). Recientemente, un equipo de investigación ha dado con una fórmula bastante ingeniosa de supervisar la salud del agua sin consecuencias negativas para sus habitantes.
Como dice el refrán, hay muchos peces en el mar… pues bien, ahora hay uno más (aunque con una particularidad). Os presentamos a iTuna, vuestro nuevo amigo pez-robot. Simulando el aspecto y movimiento de un ejemplar real, el iTuna puede modificar sus patrones de nado en respuesta a estímulos ambientales. Esto le permite integrarse con peces de verdad mientras monitoriza con discreción anomalías en el agua a través de biosensores.
El pez-robot ha sido desarrollado conjuntamente por científicos de la Universidad de Florencia y del Laboratorio de Sistemas Bio-inspiradores del CAR UPM-CSIC (Centro de Automática y Robótica), compuesto a su vez por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y el Consejo Nacional de Investigación. Con algo más de 30 centímetros de largo, el realismo en los movimientos de iTuna es posible gracias a aleaciones con memoria de forma en actuadores y una espina dorsal flexible de policarbonato. Las costillas, pegadas a la espina dorsal, sirven de soporte tanto para los músculos sintéticos responsables del nado como para su tejido exterior basado en látex.
Dentro del iTuna, un sensor electroquímico de pH mide la acidez del agua. Este sensor de pH está formado por una película de polianilina que se deposita sobre una superficie de electrodos de grafito. La información suministrada por este sensor también controla los patrones natatorios del pez-robot.
Los investigadores confían en que este sistema de monitorización en tiempo real ayude a incrementar la salud y el bienestar de los peces cultivados: iTuna estará expuesto en nuestra galería interactiva Tomorrow´s World hasta mediados de Diciembre de 2017. Entra en nuestra web para descubrir qué otras exhibiciones puedes visitar.
Traducción de texto original disponible en… https://blog.sciencemuseum.org.uk/monitoring-environments-fish/
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