Jorge Rodríguez Chueca, profesor del departamento de Ingeniería Química Industrial y del Medio Ambiente e investigador del grupo Tecnologías Ambientales y Recursos Industriales de Escuela Industriales UPM
¿Qué se puede hacer desde la ingeniería para mejorar la salud de los mares?
Vivimos en un planeta en el que el 71% de la superficie es mares y océanos. Sin embargo, los problemas asociados a la salud marina y oceánica vienen generalmente desde nuestras actividades en tierra firme. Este es el caso asociada a la contaminación por liberación de plásticos o de contaminantes orgánicos como aceites, hidrocarburos, etc., o de un exceso de nutrientes. Pero no sólo la actividad desde tierra afecta a los océanos, sino también la actividad humana en los mismos, fundamentalmente la asociada a una sobreexplotación de los recursos marinos, como por ejemplo la actividad pesquera o la minería oceánica.
Los profesionales de la ingeniería tienen y deben aportar mucho para tener unos mares en los cuales se pueda desarrollar una actividad económica sostenible y sin perjuicio para los ecosistemas. Por ejemplo, con el desarrollo y aplicación de técnicas de acuicultura multitrófica integrada, aprovechando los diferentes niveles tróficos para la cría y cultivo de especies marinas que sirve de alimento para el ser humano (diferentes especies de peces o moluscos) o como materia prima para la generación de biocombustibles (por ejemplo, diferentes tipos de algas).
En términos de contaminación de los océanos, en ingeniería tenemos la obligación principal de pensar primero desde la tierra, en el sentido de prevenir la emisión de más contaminantes a los océanos, y hay que recordar que la mayor parte de estos se adentran en los océanos a través de las desembocaduras de los ríos, o lo que es lo mismo, hacer un correcto tratamiento de las aguas residuales tanto urbanas como industriales, haciendo cumplir la legislación vigente en materia de descarga al dominio público hidráulico.
Y luego hay un último punto a considerar, la limpieza de los océanos, la retirada de la mayor cantidad posible de residuos que ya están allí depositados desde hace años en las famosas “islas de plásticos” que se generan como consecuencia de las corrientes y giros oceánicos. Este es un gran desafío de la ingeniería, pero que lógicamente requiere también de alianzas políticas entre naciones.
¿Cuáles son los grandes retos?
Pues van relacionadas a mi respuesta anterior y se resumen en:
– Desarrollo sostenible de las actividades económicas realizadas en el medio marino.
– Prevención en la emisión de contaminantes a las aguas marinas. Hay que recordar que el 80% de las aguas residuales mundiales se descargan sin tratamiento previo, y toda esta contaminación acaba en los mares y océanos.
– Limpieza de los océanos y los fondos marinos.
¿Qué alianzas deberían establecerse para conseguir las metas del ODS 14?
Estamos hablando de un problema global que requiere de alianzas y compromisos entre las diferentes naciones para poder cumplir con las metas marcadas en el ODS14. Una buena parte de la actividad económica se realiza en aguas marinas internacionales, y como hablamos la contaminación liberada a los océanos tiende a moverse en función de las corrientes y giros oceánicos, quedando acumulada en aguas internacionales que no son jurisprudencia de ningún país, y por tanto no hay control sobre las actividades relacionadas en las mismas. Es por ello por lo que se requiere de alianzas entre el mayor número posible de estados, en los que se consiga también la implicación empresarial, fundamentalmente en aquellas actividades humanas con un mayor impacto sobre los ecosistemas marinos.
Del mismo modo, se requiere que cada país establezca sus propias medidas regulatorias que permitan prevenir el deterioro de su litoral marino o mar territorial sobre el que si dispone de jurisprudencia propia, y se establezcan alianzas entre todos los grupos de interés involucrados.
¿Algún experto/a o persona de referencia a la que seguir?
Es difícil indicar a una persona clave en este sentido dado que estamos hablando de un campo extremadamente multidisciplinar en la que diferentes perfiles deben implicarse, ingenieros, biólogos, ambientólogos, etc. Sin embargo, me gustaría destacar a Boyan Slat. Para quién no sepa quién es, Boyan es un joven neerlandés de 25 años, que fundó cuando tan sólo tenía 16, la Fundación The Ocean CleanUp, con el objetivo de promover la limpieza de la basura en los océanos. En este tiempo Boyan y su equipo han realizado expediciones para evaluar la cantidad de basura flotante acumulada en los océanos. Además, han conseguido desarrollar prototipos de barreras flotantes que permitan arrastrar la basura, y estas ya se han ido aplicando con éxito en el Océano Pacífico. Este joven emprendedor es un buen espejo donde pueden fijarse los y las ingenieras del futuro, de cómo con ideas, ilusión y perseverancia pueden lograr cualquier cosa que se propongan.