Raúl de Frutos y Fernando Martín nos cuentan como se vinieron de Chicago a Granada para montar Víver, una fábrica de la bebida que es tendencia, la Kombucha.
¿Cómo os conocísteis Fernando y tú?
Nos conocimos en la Escuela, teníamos amigos en común y coincidimos en algunas asignaturas. Pero fué realmente en nuestra última etapa en la escuela cuando empezamos a ser muy buenos amigos.
En 2012 ambos tuvimos la suerte de aprovechar el convenio que ofrecía la escuela para realizar nuestro último curso de carrera en Chicago, en el Illinois Institute of Technology. Una experiencia que sin duda nos cambió la vida.
Tras terminar los estudios, ambos nos quedamos a trabajar en Chicago. Éramos jóvenes y con buenos trabajos, lo que nos permitió vivir muchas experiencias durante los 5 años que estuvimos allí. Viajamos mucho por Estados Unidos, coincidimos en viajes de trabajo en Asia y Europa e incluso hicimos un medio Ironman en Hawaii juntos.
¿Cómo surgió la idea de montar un negocio juntos?
En Estados Unidos descubrimos la kombucha, empezamos a beberla a diario y no podíamos creer cómo esta bebida era aún tan poco conocida en España.
Así que decidimos coger todo lo que habíamos ahorrado allí, para volver a nuestra tierra y montar la primera fábrica de Kombucha en Granada. Y así nació Víver.
Si hay algo que nos enseñó Estados Unidos, es a salir de nuestra zona de confort. Cuando vives allí te das cuenta de que todo lo que ves a tu alrededor lo han creado personas que no son mejores o más inteligentes que tú. España está llena de gente con muchísimo talento, pero le tenemos mucho miedo a la incertidumbre, y esto nos frena mucho a la hora de emprender nuevos proyectos.
¿Qué es la kombucha?
La kombucha es una bebida que se elabora a partir de la fermentación del té. Es una bebida totalmente natural, sin alcohol y a la que se le atribuyen numerosos beneficios para la salud. Y lo mejor de todo…¡Está buenísima!
¿Por qué habéis elegido montar un proyecto así?
Creemos que en España tenemos muy malos hábitos en el consumo de bebidas. Y es que, fuera de las bebidas alcohólicas, solo existen refrescos azucarados o edulcorados, que no son buenos para la salud de las personas. Pero ahora existe una alternativa perfecta, Víver.
Creemos que la industria actual necesita un cambio, y que este cambio debe ser liderado por jóvenes emprendedores que lleguen con marcas más transparentes, ofreciendo bebidas reales. Creemos en un futuro en el que la gente beba bien, para vivir mejor.
A pesar de que vendimos nuestra primero botella de Víver Kombucha en Marzo (justo una semana antes del primer estado de alarma) el producto está teniendo muchísima aceptación y estamos creciendo rápido. En tan solo 7 meses estamos ya en más de 500 puntos de venta por toda España, tenemos 3 sabores de kombucha y producimos más de 10.000 botellas al mes. La gente puede también encontrarnos en nuestra web.
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¿Qué tiene de bueno emprender para dos ingenieros?
Un buen ingeniero o ingeniera es alguien al que le llevas un problema, y te lo resuelve, buscando siempre la solución más óptima posible.
La vida del emprendedor es exáctamente eso, un camino lleno de preguntas y problemas para los que tienes que ir buscando respuestas. Es un proceso muy bonito, en el que tienes que mantener la mente muy abierta y apoyarte siempre en otras personas.
Para nosotros el proyecto de Víver está siendo toda una experiencia. Teníamos muchas ganas de volver a casa y devolverle un poquito a la tierra en donde hemos crecido. Hay mucho trabajo pero nos levantamos todos los días con mucha ilusión, sabiendo que estamos haciendo algo que aporta al bienestar de las personas.
¿Cuáles son las dos cosas más importantes que habéis aprendido en la
Escuela?
Perseverancia y capacidad de resolver cualquier problema.
Varios años después de terminar la carrera aún seguíamos teniendo alguna que otra pesadilla en la que soñábamos que teníamos que repetir alguna asignatura jajaj. La Escuela no te pone las cosas fáciles, y esto hace que todos los que hemos estudiado allí, tengamos una alta capacidad de sacrificio, lo que nos ayuda luego mucho en la vida a la hora de enfrentarnos a cualquier obstáculo.
Por otro lado está la capacidad de resolver problemas. Todas esas integrales y ecuaciones diferenciales tan complicadas que tuvimos que resolver en la escuela, aunque luego nos las ves en la práctica, nos han dado las bases analíticas que luego hemos usado para resolver todo tipo de problemas que te encuentras en la vida real.
¿Qué os veis haciendo dentro de 15 años?
No tenemos ni idea la verdad. Quizás creando otro tipo de proyectos que no tengan nada que ver con lo que estamos haciendo ahora.
Hoy en día el mundo cambia muy rápido. La experiencia de emprender justo en medio de una pandemia nos ha enseñado que es imposible controlar el futuro. Es importante estar cómodos con la incertidumbre, ser flexibles y saber adaptarnos a los cambios que puedan venir.
Artículo publicado por el Ideal de Granada